lunes, 1 de junio de 2009


"Por el tercer grado, yo había desarrollado un verdadero resentimiento hacia la
administración del colegio, porque si algo estaba mal, si algo estaba robado, si algo estaba roto, si un niño estaba agredido, rutinariamente ellos me echarían fuera de clase. Yo era probablemente responsable del 90 por ciento de los alborotos, pero rápidamente me volví un competente mentiroso, tramposo y un artista en el timo para librarme de la mayoría de los problemas. Así que yo era amargante y tendría ideas absurdas, tales como: 'Qué pasa si separamos los anillos metálicos de gimnasia que cuelgan cerca de los columpios, las usamos como un lazo, y las ponemos directamente a través del ventanal del colegio?'. Mi mejor amigo, Joe Walters, y yo nos escapamos a hurtadillas tarde de la casa una noche y lo hicimos. Y cuando las autoridades vinieron, nosotros escapamos como zorros hacia Plaster Creek. Y nunca nos atraparon. (Muchos, muchos años más tarde, envié a Brookside un giro postal anónimo por los daños.) Mi problema con las figuras de la autoridad aumentaban al mismo tiempo que yo me hacía mayor. No podía soportar a los directores, y ellos no podían soportarme a mí. Yo
había amado a mis profesores hasta quinto grado. Ellas eran todas mujeres, amables y gentiles, y pienso que ellas reconocieron mi interés en aprender y mi capacidad para ir más allá de la reclamación del deber escolástico en aquella etapa. Pero alrededor del quinto grado, yo me volvería contra todos los profesores, incluso si ellos eran estupendos."




Anthony Kiedis.

- Scar Tissue.


0 comentarios:

Publicar un comentario

Twitter Facebook Digg Stumbleupon Favorites

 
Powered by Blogger