martes, 23 de junio de 2009

Entrevista a John sobre To record only water for ten day.




Quince temas tranquilos, espirituales y de excelente calidad nos descubren una cuarta dimensión que todos deberíamos compartir y con la que se vive realmente en paz. Pero John Frusciante ha recorrido muchos kilómetros más: a los cuatro años, una voz interior le dijo que él sería guitarrista, y luchó por ello hasta que definitivamente logró formar parte de la banda de sus sueños: Red Hot Chili Peppers. Pero tanta fama le abrumó y no supo digerirla: la heroína y la cocaína destrozaron su vida durante seis años -durante los cuales editó dos discos en solitario sin mucho éxito- y, una vez recuperado, aceptó la invitación de su grupo a formar parte de él otra vez; editaron 'Californication' y ahora John plasma en solitario su tercer trabajo, 'To record only water for ten days', puesto en la calle por una multinacional. "Mi trabajo está hecho, lo acabé mucho antes de que todo esto ocurriera. No lo escribí para una multi ni para una independiente: estos temas se compusieron entre noviembre de 1999 y abril de 2000. Mi verdadera labor es la música; el resto es ocupación de la compañía".

La suavidad y la rudeza con que John se dirige a nosotros a la vez me sorprende: intenta ser calmado, tranquilo, pero en él quedan secuelas incluso físicas de todos esos años en que la droga era su vida, y por eso cuesta seguir el hilo de sus frases, que saltan de un concepto a otro fácilmente, sin que a veces se le entienda, repitiéndose. Puede que él se encuentre en una dimensión que nosotros no hemos alcanzado, esa cuarta dimensión desde la que compone. "Creo que todo lo que se encuentra en el mundo de las tres dimensiones es una representación de la cuarta dimensión; todo lo que se mueve es una forma de entrar en ella, y cuando creas algo, más en contacto entras con ella. Cuando te dejas llevar por la rutina o no haces nada, simplemente estás en la parte más plana de la cuarta dimensión".

Creo que vamos entendiendo el concepto poco a poco,
pero es un camino un tanto extraño entre algo totalmente mundano y algo demasiado espiritual. "No quiero demostrar que soy un héroe de la guitarra con este disco. Soy una clara representación de la cuarta dimensión, y estaré creando un mundo en la quinta. Con los Chili Peppers no muestro interés en los solos, sino en la música, en crear nuevas texturas y sonidos: cuando tengo mis treinta segundos de solo no me preocupo en lucirme, sino en crear formas, en el aire que no puedes ver con tus ojos pero sí puedes oír con tus oídos".

Parece que todo va tomando forma, y si escuchas el disco comprenderás las texturas y formas a las que John se refiere. Es un álbum que al principio no te sorprenderá, pero que gana a cada escucha, y si lo haces con detenimiento y lees sus letras llenas de sentimiento, entrarás en su burbuja. Todo muy místico. "No soy sólo un guitarrista: compongo letras y canciones, escribir es una de mis metas. Abandoné la pintura hace tiempo porque no podía expresar con trazos lo que quería decir, me costaba mucho; pero mediante las palabras y la guitarra es como realmente soy yo mismo".

En cuanto al título del disco, suena demasiado extraño para ser entendido a la primera: "Sentía que tenía que grabar música pero no tenía ni idea de cómo lo haría y si sería un fracaso. Entonces una voz en mi cabeza me dijo: 'Si quieres hacer un disco solo, primero deberías ser capaz de grabarlo en el agua', y le pregunté al agua qué podía grabar. Ahora mismo puedo sobrevivir diez días a base de agua; para alguien que ha sido tan impuro como yo, y que ha vivido a base de química y drogas durante tanto tiempo, me costó dos años poder sentirme como una persona normal. El agua es algo puro, y el sentido literal del disco es el de purificarme a mí mismo, tomar la parte más pura de la vida. Durante aquel tiempo, todo lo que hacía era un paso atrás; ahora mi vida es distinta, me siento en paz y puro".


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