martes, 24 de noviembre de 2009

EL CORAZON ES UNA CAJA DE RITMOS “The Heart is a Drum Machine”

Se proyectó el 9 de Noviembre el documental The Heart is a Drum Machine en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Christopher Pomerenke, director.



¿Cuáles son las características particulares de tu filmografía?

En un principio soy guionista, productor y director de largometrajes basados en la música. fue mi debut como director y actualmente estoy culminando la producción del documental Blood Into Wine, que gira alrededor del rockero Maynard James Keenan, ganador de varios discos de platino con sus bandas Tool y A Perfect Circle, que se desempeña como viñatero en un pueblo fantasma en Arizona. También estoy en la etapa de preproducción en la comedia narrativa Queens of Country, que co-escribí y co-dirigiré junto a Ryan Page.

¿Cómo fue tu aproximación al tema de tu película?

La película parte de la idea de que la música no es una simple forma de entretenimiento, sino una necesidad biológica, por ello, El corazón es una caja de ritmos.
El largometraje explora la concepción del ritmo como sinónimo de vida. Los planetas siguen un ritmo, las células en toda materia lo hacen y tu corazón también. La película sugiere que el latido del corazón de una madre es el primer disco de su hijo.
También queríamos hablar con la gente acerca de cómo la música los hace sentir, desde lo emocional.
No queríamos hablar con nuestros entrevistados sobre sus carreras, sino enfocar en su relación esencial con la música. Muchos de los artistas que entrevisté para a película no habían hablado jamás sobre la música en estos términos. Creo que fue muy refrescante para ellos, aunque a la vez también fue un desafío para nosotros el tratar de definir cómo el sonido lo hace sentir a uno y las implicaciones de la respuesta.
Sumado a todo esto, era un verdadero reto el tratar de involucrarse en una conversación profunda, con verdadero contenido con alguien a quien acabás de darle la mano por primera vez mientras la cámara filma. Pero después de cada entrevista me sentía un poco más iluminado ¡Gracias, música!
Pomerenke entrevista a toda una miríada de músicos y personalidades de la música, a enumerar: Britt Daniel (de Spoon), Janet Weiss (ex baterista de Sleater-Kinney, y ahora con Stephen Malkmus & The Jicks), Isaac Brock (de Modest Mouse), Jimmy Tamborello (el cerebro detrás de Postal Service y Dntel), John Doe (de los míticos X), The Dandy Warhols, Maynard James Keenan (líder de Tool y A Perfect Circle), Los Lobos, la leyenda del funk George Clinton, John Frusciante (guitarrista de Red Hot Chili Peppers), Jim Adkins (de Jimmy Eat World), el ex VJ de MTV Kurt Loder y Nic Harcourt de la radio gringa KCRW, entre otros más.
La propuesta es replantear a la música como algo físico, explorar la profunda conexión de estas personas con la música, la manera cómo le da forma a sus vidas, y entender la forma en que la música y el cuerpo humano funcionan juntos, que comienza con los latidos del corazón materno y que concluye con la sonda Voyager y un disco dorado en el que se utiliza de Bach a Chuck Berry para representar a la raza humana. La profundidad del análisis de varios de los entrevistados eleva la calidad de este documental para ver y debatir, como se comprueba con sólo escuchar las declaraciones de John Frusciante. Como si esto fuese poco, la musicalización –sutil, medida, siempre presente– corre de la mano del inquieto Steven Drozd, baterista de The Flaming Lips.

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