El paso siguiente a cualquier obra consagratoria nunca es tarea sencilla, y One Hot Minute claramente no fue la excepción.
La sobreexposición, el dinero, la fama y demás cuestiones que acarreó consigo el éxito de Blood Sugar Sex Magik no fueron del todo bien asimiladas por la banda, con consecuencias tales como la pérdida del talentoso John Frusciante, la recaída de Kiedis en las drogas, o más grave aún, una palpable disminución en la calidad de su sucesor, el cuestionado One Hot Minute.
Ahora bien, me niego por completo a aceptar ese mote de
'disco prescindible' que pareciera cargar One Hot Minute (comenzando por la propia banda, que ignora por completo estas canciones en sus conciertos), ya que si bien el álbum tiene sus evidentes puntos flojos, no es menos cierto que cuenta también con varias perlitas en su haber, sumado a una atmósfera y sonido completamente distintos al resto de su obra.
Pero no os asustéis, que esto sigue siendo un disco y una banda de funk rock (probablemente la mejor en la historia del género), donde el reconocible
'Sonido Peppers' se ve adulterado con nuevos matices e influencias, provenientes tanto del atormentante y oscuro momento por el que atravesaba Kiedis como del nuevo fichaje de la banda, el mediático
Dave Navarro, ni más ni menos que el guitarrista de otra piedra angular del rock alternativo de los 80/90, Jane´s Addiction, dejando su sello e impronta en gran parte del álbum.
El periplo da inicio con la decepcionante
Warped, cuya melodía peca de amorfa y disonante, distando bastante de esa gran eficacia y pegada que solían tener los singles de la banda, e inmediatamente se me vienen a la mente joyas como Give It Away, Suck My Kiss, Under the Bridge, Knock Me Down, Higher Ground, Behind the Sun, Fight Like a Brave o Jungleman, excelentes canciones que a la postre se convertirían en grandes himnos de la banda, algo que definitivamente no sucedió con Warped, y desde mi punto de vista éste fue el primer gran desacierto de One Hot Minute, y no me refiero a la canción en si misma, sino al hecho de haber sido ésta la elegida para presentar el disco en sociedad.
Mucho más atinadas, sobre todo desde el punto de vista promocional, resultaron
Aeroplane,
My Friends y
Coffee Shop, los otros cortes del disco, acercando a la banda a un público mucho más amplio y heterogéneo, ya no necesariamente rockero, llegando a rotar inclusive en emisoras radiales de corte más pop. La primera se destaca por combinar a la perfección el funk rock marca de la casa con un estribillo bastante más edulcorado y '
radio friendly' que de costumbre; mientras que la segunda es una puñalada directa al alma, una balada extremadamente conmovedora y melancólica que saca a relucir la faceta más introvertida de la banda, un terapéutico momento donde se lucen las acústicas de Navarro y la sentida performance de Kiedis. Coffee Shop nos devuelve a los Red Hot más originales, potentes y entretenidos que supimos conocer, recurriendo para ello a un tema verdaderamente electrizante, dinámico y pegadizo, con su majestad Flea bordándola en todo momento, con un tremebundo y omnipresente slapping que se roba la canción, sin dejar de lado ese genial solo final de bajo.
'Bipolar', otra de las características de One Hot Minute. Más allá de ciertos momentos e intenciones que pueden ser tildados de
'populistas' o comerciales (rasgos que se acentuarían, y con mucho más éxito, en el siguiente Californication, y así sucesivamente hasta caer inmersos en el preocupante estado de aburguesamiento que padece hoy en día la banda), otras canciones dejan el descubierto que nos encontramos ante el trabajo más serio, introvertido, experimental y por momentos complejo (de asimilar) de los Red Hot, con algunos momentos que en esta nueva faceta también iban sobradísimos de brillantes, como
Falling into Grace, uno de esos temas más densos y oscuros que os váis a encontrar de tanto en tanto, con un solo de Navarro y unos coros
'fantasmagóricos' que potencian enormemente la faceta más atmosférica del disco, o
One Big Mob, cuyo comienzo y desenlace es 100% Peppers, pero que esconde en su parte intermedia un pasaje mucho más calmo, colgado y experimental, que de ser escuchado en el contexto adecuado puede ponerte los bellos como espinas.
Que queréis que os diga, a mi esta formación de un solo disco me parece que tenía un potencial increíble, y que supieron sacarle mucho rédito compositivo al turbio momento por el que atravesaban varios de sus integrantes, por más que en determinadas ocasiones se hayan pasado de rosca, con canciones que pueden resultar un poco indigestas, como
Deep Kick, Pea,
Warped o
One Hot Minute (que no es que sean malas, pero sí requieren de cierta complicidad del oyente para cogerles el punto), retomando la buena senda compositiva con otras joyas totalmente opuestas como
Walkabout, que se digiere con una facilidad increíble, un tema muy groovie, relajante y contagioso donde Kiedis va muy suelto y carismático en su melodía vocal, al igual que el resto de los músicos que lo acompañan, que van sobradísimos de elegancia y feeling. Sin duda otra de mis preferidas y más recomendadas del álbum.
Pero si hay una canción que resume a la perfección la esencia misma del disco, esa es la elegida para cerrar la obra, la agridulce y ciclotímica
Transcending, con una agraciada primera mitad donde destaca el adictivo bucle que dibuja Flea junto a la sutil pegada de su partenaire Chad Smith, un momento mágico que choca de lleno con una segunda mitad de dudosa cacofonía, aniquilando cualquier rastro previo de belleza con su caótico desenlace,… lo mejor y lo peor de esta ’nueva’ versión de los Peppers resumido en una única pieza, y joder, me la quedo tal cual, a pesar del autosabotaje que percibo en ella.
Y así concluye esta obra
'menor e incomprendida', sobre todo si la analizamos en contexto, donde yace sepultada entre dos pesos pesados como Blood Sugar Sex Magik y Californication, pero no por ello desechable, y todo aquel que alguna vez haya gozado con esta gran banda sabrá apreciar esos valiosos momentos que hacen de One Hot Minute un disco a tener en cuenta. Ya llegará el día en que la propia banda se de cuenta de ello.
7.5 Astburys
Fuente:
Portal del Metal