John Frusciante de Red Hot Chili Peppers
El visionario del funk psicodélico
“Cuando la parte intelectual se impone a la espiritual al tocar la guitarra, no se llega a los puntos más altos”, dice John Frusciante. Luego da un ejemplo de qué tan alto llega con seis cuerdas y electricidad: su solo en el lado B de Lyon 06.06.06, de los Red Hot Chili Peppers, que se grabó en vivo en Francia el año pasado. “Recuerdo que me estalló el cerebro. La energía fluye hasta tal punto que ya no hay motivos para pensar”. Pero Frusciante, que cumple 37 años el 5 de este mes, es también uno de los guitarristas de técnica más avanzada del rock. Tiene un estilo vibrante y camaleónico, cuya precisión melódica y creatividad resultaron esenciales para el éxito comercial del álbum de los Peppers, Blood Sugar Sex Magik, de 1991. Frusciante, que nació en Nueva York y creció en el sur de California, se encerraba en su dormitorio y, con los discos de base, tocaba la guitarra de manera obsesiva. Hasta que en 1989 se incorporó en los Chili en reemplazo del extinto Hillel Slovak. Frusciante abandonó la banda en 1992 e inició un descenso de de aislamiento y drogas. Regresaría para Californication, en 1999.
La fusión que Frusciante hace de la energía del punk y la grandeza exploratoria por la música de Jimi Hendrix estalló en una colorida explosión de originalidad que pone su sello al reciente álbum doble de los Chili Peppers, Stadium Arcadium.
RS: ¿Quiénes son tus héroes de la guitarra?
JF: Lou Reed y Sterling Morrison, de Velvet Underground. En los años ’70, Keith Levene, de Public Image Ltd., y John McGeoch, de Magazine, crearon estilos interesantes. Soy muy fan de Matthew Ashman, de Bow Wow Wow. No tengo nada contra el estilo grandilocuente, pero crecí en una época en que el heroísmo y la grandilocuencia se imponían al deseo de hacer buena música. Kurt Cobain llevó la guitarra más lejos que nadie, y con una técnica innovadora.
RS: ¿Quién hizo que quisieras tocar la guitarra?
JF: Ace Frehley [Kiss], Jimmy Page [Led Zeppelin] y Joe Perry [Aerosmith]. Pero pasó bastante tiempo antes de que me compraran una guitarra eléctrica. Para entonces, me gustaban Greg Ginn [Black Flag], Pat Smear [The Germs], así como Joe Strummer y Mick Jones [The Clash].
RS: La idea del punk era que no hacía falta ser un gran intérprete para expresar la rabia.
JF: Pasó mucho tiempo antes de que pensara que la técnica tenía algún sentido. Pero Pat tiene un estilo increíble. La mayor parte de los guitarristas punk se basa en un sonido bajo. Pat tiene una interesante combinación de altos y bajos. No puedo describirlo, pero el color y el sentimiento de lo que él hacía fueron muy importantes para mí.
RS: ¿Cuál es tu papel en los Chili Peppers? Tenés mucho espacio entre las letras de Kiedis, el bajo de Flea y la percusión de Chad Smith.
JF: Antes de incorporarme, los Chili Peppers eran todo estilo. El sonido no se relacionaba con un movimiento armónico ni con la textura musical. Era energía pura. Hillel tocaba de forma mucho más simple que otros guitarristas porque Flea hacía un gran trabajo en el bajo. Una vez que sentí que entendía esa simplicidad, hice a un lado mi idea del papel original de la guitarra en la banda. No componía cosas que me recordaran a los Chili Peppers. “Under The Bridge” fue un intento de hacer un tema al estilo de los temas más lindos de Jimi Hendrix, como “Castles Made of Sand” y “Bold as Love”.
RS: ¿Cómo compusiste la parte de guitarra de “Under The Bridge”?
JF: Anthony escribió la letra y la melodía vocal. Fui a su casa y adaptamos la melodía según los acordes que me pareció que iban a quedar bien. Saqué la idea del coro de un tema de Joe Jackson, “In Every Dream Home (a Nightmare)” (de Beat Crazy, de los años ’80). La percusión hace una pausa antes del coro y luego empieza la música. En “Under The Bridge” hice lo mismo. El acorde que toco antes de la pausa de la percusión es algo que saqué de “Rip Off”, de T. Rex.
RS: ¿Cuánto hay de improvisación y cuánto de planificación en un solo?
JF: La mayor parte es improvisación, pero a mí me gusta llegar con una idea sobre cómo empezar. En Stadium Arcadium compuse pocos solos, en “Dani California” y “Make You Feel Better”. Los solos de “Hey” y “She’s Only 18” eran diferentes de una toma a otra. El solo de “Hey” es el que toqué en la pista de base, pero era de una toma diferente, de modo que lo editamos.
RS: ¿Tocaste o hiciste música en los siete años que estuviste alejado de los Peppers?
JF: No, dejé la guitarra todo ese tiempo.
RS: ¿Y volviste con la misma fuerza?
JF: No, en absoluto, pero llegué a entender que eso no importa. Podría haber sido un derrotista y decir: “Recuerdo cuando tenía tanta fuerza como Jimi Hendrix en la mano izquierda”. Eso es un indicio de la fuerza de alguien como guitarrista, el sonido de la fuerza de la mano izquierda. Pero todo lo que aprendí como persona en ese período, todo lo que viví, todo eso se volcó a la música. Me gusta más la forma en que toco en Californication que en Blood Sugar Sex Magik. Si bien tenía mucha menos capacidad, di lo máximo de mí. En Blood Sugar todavía veía todo en relación con Hillel. En Californication la onda es más “¿Qué le vamos a hacer? Somos cuatro amigos que hacen música. Podemos hacer lo que sea”.
RS: ¿Qué disco de Hendrix preferís?
JF: Me gusta Electric Ladyland. Para mí su música es perfecta. Domina el sonido y abarca todas las dimensiones. La mayor parte de la gente piensa la música en dos dimensiones, pero él la pensaba en cuatro. Creo que fue el mejor guitarrista de todos los tiempos. Es imposible superarlo. Crea un lugar en el que uno puede perderse. Hace aflorar aspectos del sonido que no sabíamos que existían. Creo que hay gente que está avanzando por ese camino, si bien no son guitarristas, como (los artistas electrónicos) Aphex Twin y Squarepusher.
RS: ¿Alguna vez te preguntás si después de medio siglo de guitarra de rock todavía queda algo por descubrir?
JF: Por suerte, siempre me pensé como músico, más que como guitarrista. Como siempre cambio en el plano personal y también cambian mis gustos, eso se refleja en la forma en que abordo el instrumento. Nunca siento que me estoy quedando sin ideas, ya que tengo muy claro que la música es infinita.
Fuente: Funky Monks
1 comentarios:
“Cuando la parte intelectual se impone a la espiritual al tocar la guitarra, no se llega a los puntos más altos”
"La energía fluye hasta tal punto que ya no hay motivos para pensar"
" ..todo lo que aprendí como persona en ese período, todo lo que viví, todo eso se volcó a la música.."
"... siempre cambio en el plano personal y también cambian mis gustos, eso se refleja en la forma en que abordo el instrumento. Nunca siento que me estoy quedando sin ideas,..."
tal cual !!me identifico con todas estas palabras
Te admiro Frusciante!
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